Cuando pensamos en estudiar, es posible que nos vengan a la mente muchos beneficios profesionales. Lo primero que se puede pensar es que los estudios son un medio para abrirse camino en el mundo laboral que cada vez es más competitivo; que es una llave para poder subir de categoría o de posición en el trabajo actual o que puede ser una fórmula perfecta para poder cambiar de rumbo en la esfera profesional. Sea como sea, y sin importar la edad o el sector, estudiar está considerado Como uno de los principales medios para el crecimiento profesional. Sin embargo, existen muchos otros aspectos en los que puede ser bastante gratificante mantenerse activo en el estudio y en el aprendizaje.
Se tiene la idea de que sólo algunos profesionales, como por ejemplo, los médicos con los abogados, tienen la obligación de actualizarse estudiando. Sin embargo, aunque es cierto que los médicos deben aprender las nuevas técnicas, investigaciones y novedades en medicina, los abogados deben conocer las nuevas legislaciones y decretos, etc.; actualmente, con la velocidad con la que cambien las cosas en todos los ámbitos, resulta imposible imaginar un solo sector en el cual no sea necesario actualizar los conocimientos obtenidos tras los estudios. Pensemos por ejemplo en un profesional de la mito del marketing. Aunque pueda tener muchos años de experiencia, si actualmente no tiene conocimientos de marketing online, se pierde una buena parte de lo que está sucediendo en dicho esfera (que por cierto, crece cada año).
Lo mismo pasa si pensamos en un arquitecto, un ingeniero industrial, un profesor, o cualquier otro profesional.
Estudiar tiene ventajas sociales
Estudiar tiene varias ventajas a nivel social, ya que, sin importar que título de estudio o que materia te interese, aprender cosas nuevas es una forma de tener más cultura y de engrandecer los círculos sociales en los que te mueves. Aprender cosas nuevas es una forma de conocer personas con intereses parecidos a ti y un medio para abrirte a nuevas experiencias y a nuevos grupos de personas.
Aunque no se suele pensar en este tipo de ventajas a priori; es una de las principales cosas que señalan como positivas las personas que están acostumbradas a estudiar toda la vida.
Beneficios físicos
Cuando estudiamos algo nuevo, el centro del lenguaje en el cerebro crece. Por ejemplo, cuando nos dedicamos a estudiar una nueva lengua, muchas áreas vitales de nuestro cerebro crecen. Diversos estudios afirman que el bilingüismo, es lo mejor para retrasar la enfermedad de Alzheimer en personas que son susceptibles.
De hecho, la gran mayoría de personas que tienen principios de esta enfermedad, suelen llevar como parte de su tratamiento, cursos que les ayudan a mejorar la memoria. Estudiar toda la vida te ayuda a aprender cada vez más. Por ejemplo, las personas que son bilingües, pueden distinguir idiomas que ni siquiera han escuchado antes o tienen más facilidad para aprender una tercera lengua.
Muchas personas se preocupan por mejorar su aspecto físico haciendo dietas y rutinas de ejercicio; pero no se debe descuidar la parte mental. Todos tenemos siempre cosas que nos gustaría aprender: algunos, quizás les gustaría dedicar alguna parte de su tiempo actividades artísticas; otros, a aprender un idioma; otros, a intentar estudiar una nueva carrera totalmente diferente a la ya concluida. Entrenar el cerebro es una inversión que dura para siempre, porque el aprendizaje obtenido nos acompañará siempre y cuanto más se aprende, más se desea aprender.
Beneficios emocionales de estudiar
En el aprendizaje se adquieren además habilidades, conductas y valores que surgen como resultado de la instrucción y la observación. Para poder aprender es necesario tener enfoque, voluntad y disciplina. Tal y como se ha podido saber gracias a diversos estudios científicos, estudiar toda la vida enriquece la propia experiencia personal, alimenta el espíritu y ayuda a las personas a resolver problemas cotidianos con mayor facilidad. La rutina de estudiar, a nivel psicológico, genera en muchas personas algunas conductas positivas como por ejemplo, la responsabilidad y la constancia. El aprendizaje es un proceso de construcción activo, donde el protagonista eres tú mismo y por lo tanto el éxito depende de la decisión y la firmeza de cada persona. Emocionalmente, aprender y estudiar de manera continua, benefician notablemente a la creatividad, ya que tendrás la posibilidad de realizar nuevas y mejores asociaciones mentales. Además, mejora la resiliencia o la capacidad para enfrentar los obstáculos de la vida sin entrar en crisis o enfermar.
También es una forma de aumentar la autoestima, ya que la persona se siente mucho más en poder ada y capaz de enfrentar las diversas situaciones de la vida, por muy difíciles que estas puedan llegar a ser.
También se desarrolla la capacidad para resolver los problemas y se estimula el pensamiento positivo. Los psicólogos asegura que estudiar ayuda a que las personas desarrollen emociones de bienestar y potencien la actitud optimista de cara a la vida.
En la vida nunca dejamos de aprender
Dicen que la vida es un continuo aprendizaje. Hablar con cualquier persona que está en el tramo final de su vida es descubrir que lo único que siempre paso a lo largo del tiempo, es que se aprendieron nuevas cosas. Mantener viva la curiosidad por aprender y estudiar, es mantener también la curiosidad por vivir. Para realizar nuevos aprendizajes es importante, por tanto, tener apertura a nuevos conocimientos de actividades y una estructura de pensamiento flexible. No te preocupes si por ahora no lo tienes, ya que esto también se va adquiriendo con el tiempo. Para las personas que no han estudiado todavía, pero que tienen ganas de aprender y desarrollarse como profesionales y seres humanos, se recomienda comenzar de manera gradual, en los hábitos y conductas de la vida cotidiana que pueden ser más sencillos.